Es fundamental entender la cetosis si quieres comenzar una dieta cetogénica. En este artículo introduciremos este importante concepto de cetosis nutricional, en primer lugar desde un punto de vista bioquímico y después los efectos que produce a nivel corporal.
La cetosis y las vías de alterar nuestros estados metabólicos, suponen para cualquier entusiasta de la bioquímica un mundo maravilloso por explorar. Es fácil sumergirse en terminologías y conceptos para algunos inalcanzables.
Por esto, vamos a ser firmes en nuestro propósito de convertir la cetosis y la dieta cetogénica en algo sencillo y accesible para todas las personas.
El objetivo de este blog es llegar a quienes buscan respuestas y en especial a los que persiguen la cetosis y la dieta cetogénica como una forma de mejorar su salud y cumplir sus propósitos.
Por lo tanto, intentaremos no profundizar demasiado en el plano teórico y plantear un contenido útil para informarte sin saturar. Te pedimos también tu ayuda en este propósito, puedes utilizar los comentarios para plantear tus inquietudes e impresiones y ayudarnos a ser más efectivos para futuras publicaciones.
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Qué es la cetosis y como se comporta nuestro cuerpo al utilizar esta interesante vía metabólica
En esencia la cetosis es un estado metabólico (o forma en la que se comporta nuestro cuerpo) a través del que se obtiene energía a través de la grasa cuando no se tiene glucosa (azúcar) disponible.
Pero la cetosis no es algo nuevo, es un proceso tan antiguo que de él se valían nuestros ancestros los cazadores-recolectores para asegurar su supervivencia hace miles de años. Lo que busca la dieta keto es “reeducar” tu organismo para volver a usar las vías metabólicas para las que estamos mejor diseñados.
Mediante la cetosis nuestro cuerpo recibirá la energía que requiere de la grasa.
Qué son las cetonas
Durante la cetosis el cuerpo produce cetonas o cuerpos cetónicos. Se trata de compuestos cuyo papel principal es la transferencia de energía derivada de lípidos (grasas) del hígado a los tejidos periféricos: órganos, músculos, cerebro…
Hablaremos de tres principales cuerpos cetónicos, dos principales: acetoacetato y betahidroxibutirato. Y otro secundario, la acetona.
En realidad nuestro hígado produce cetonas a diario incluso si seguimos una alimentación alta en azúcares, en especial durante la noche mientras dormimos. Sin embargo, es cuando reducimos la ingesta de hidratos de carbono cuando el hígado aumenta la producción de cetonas para proporcionarnos energías.
Qué son las mitocondrias
Las mitocondrias juegan un papel esencial en este proceso de la cetosis. Son las centrales eléctricas de las células, las responsables de convertir los cuerpos cetónicos en energía.
Mitocondria
El problema es que si acostumbramos a nuestras mitocondrias a trabajar con la energía proporcionada por los glúcidos (azúcar), se vuelven menos eficaces. Por esto el proceso de reeducación de nuestro cuerpo del que hablábamos al principio.
En resumen,
- La dieta cetogénica nos ayudará a reducir drásticamente la ingesta de carbohidratos y utilizar las grasas. Esta reducción de carbohidratos pone a tu cuerpo en un estado metabólico llamado cetosis.
- Cuando esto sucede, tu cuerpo se vuelve increíblemente eficiente en la utilización de las grasas, bien las que acumulas o bien las que ingieres y así obtener energía de éstas. También convierte la grasa en cetonas en el hígado, que pueden suministrar energía al cerebro.
- Las dietas cetogénicas pueden causar reducciones masivas en los niveles de insulina y azúcar en sangre. Esto, junto con el aumento de cetonas, tiene numerosos beneficios para la salud de los que hablaremos más adelante.
La cetosis desde el punto de vista de las células
Casi todas las células de tu cuerpo pueden utilizar estos cuerpos cetónicos como combustible (excepto el hígado y los glóbulos rojos).
El azúcar y los cuerpos cetónicos afectan al cuerpo de muchas formas diferentes.
Por ejemplo, quemar azúcar como combustible se producen especies de oxígeno más reactivas. Estas especies reactivas de oxígeno causan daño, inflamación y muerte celular cuando se acumulan. Esta es la razón por la que consumir demasiada azúcar afecta la función cerebral y causa la acumulación de placa en el cerebro.
Por otro lado, las cetonas proporcionan una fuente de energía más eficiente y ayudan a proteger las células neuronales del cerebro. Esto se debe en parte a que la quema de cetonas como combustible disminuye la producción de especies reactivas de oxígeno y mejora la función y producción mitocondrial.
Las células sanas que luchan por sobrevivir también son ayudadas por la restricción de carbohidratos. Sin acceso a los carbohidratos, se activa un proceso celular llamado autofagia. Este proceso regula al alza muchos factores que mejoran la salud y la resistencia de las células, limpian la célula del daño y provocan procesos antiinflamatorios.
La combinación de autofagia y quema de cetonas es esencial para ayudar a las personas con cáncer y trastornos cerebrales como epilepsia, migrañas y Alzheimer.
Tanto nuestro cerebro como otros órganos pueden usar cetonas para obtener energía con más facilidad que los carbohidratos. Es por eso que la mayoría de las personas experimentan una mayor claridad mental, un mejor estado de ánimo y una reducción del hambre con dieta cetogénica.
La cetosis desde el punto de vista del cuerpo
Ahora, alejemos la imagen y veamos cómo la dieta cetogénica cambia el cuerpo. Todo comienza con una alteración en los niveles de insulina.
Al restringir los carbohidratos, eliminamos el mayor estimulador de insulina de la dieta. Esto disminuye los niveles de insulina, aumenta la quema de grasa y reduce la inflamación.
La combinación de estos tres cambios afecta a los principales impulsores de muchas enfermedades crónicas: resistencia a la insulina, inflamación y acumulación de grasa.
Una vez acostumbrado el cuerpo al uso de grasas como fuente de energía, esto es la cetoadaptación, comienzaremos a experimentar una cascada de beneficios: pérdida de grasa acumulada, mayor energía, regulación de la insulina y otras hormonas, reducción de la inflamación, etc.
Profundizaremos en este apartado en otro artículo con más detalle.
¿Cuáles son los mecanismos detrás de la dieta cetogénica?
De forma muy breve, te mostramos por qué las dietas cetogénicas pueden conducir a beneficios que van más allá de la restricción calórica:
A nivel celular:
- Las cetonas se queman de manera más eficiente que el azúcar.
- La restricción de carbohidratos desencadena procesos de autofagia y antiinflamatorios.
- La «quema» de cetonas como combustible crea especies de oxígeno menos reactivas.
- El uso de cetonas mejora la función y producción mitocondrial.
A nivel corporal:
- Los niveles de insulina disminuyen porque los carbohidratos de la dieta no estimulan su liberación.
- La «quema» de grasa aumenta porque el cuerpo necesita utilizar fuentes de combustible alternativas.
- La inflamación se reduce porque los niveles de grasa inflamatoria disminuyen y se forman especies de oxígeno menos reactivas.
- La combinación de los efectos celulares y corporales de la cetosis nos proporcionan una base de por qué pueden ser útiles en el tratamiento de las afecciones que mencionamos anteriormente.
Esto no acaba aquí, en futuros artículos profundizaremos en la cetosis nutricional, veremos los beneficios que puede aportar a nuestro cuerpo y a nuestra mente, la mejor manera de mantenernos en cetosis más tiempo, cómo medir nuestra cetosis o cómo superar la gripe keto.
Por el momento, nos despedimos aquí y te invitamos a utilizar los comentarios si deseas contribuir.
¡Hasta pronto!